Cuando el río suena
La cascada de Villava se anuncia antes de que podamos verla. Es el propio rugido del agua el que nos previene de lo que estámos a punto de presenciar. Sin embargo, es al caer la noche, cuando la cascada queda envuelta en la oscuridad, que el estruendo se intensifica, tal vez amplificado por nuestra imaginación al intentar visualizar su origen.