La Marcha
La imagen panorámica destaca el sinfín de montículos que conforman la geografía del norte de Navarra, delimitados únicamente por las nubes en la estrecha franja de cielo visible. Más abajo comienzan a apreciarse las huellas del asentamiento humano, con los prados divididos en parcelas rectangulares. Estas colindan con el pueblo, que parece enfrentarse cara a cara con las protagonistas de la fotografía: madre e hija que regresan a casa pastoreando sus ovejas. El pueblo, situado en el cuadrante izquierdo, y las caseras con su rebaño, en el derecho, evocan el enfrentamiento entre dos realidades, incluso dos épocas. Destaca la oscuridad que se cierne sobre el pueblo frente a la luz que guía a las ovejas a su hogar, equilibrando la composición y permitiendo su convivencia.
