La puerta que nunca duerme
El Portal de Francia, situado en Pamplona, es uno de los accesos históricos más emblemáticos de la ciudad. Construido en el siglo XVI, formaba parte del sistema defensivo de la muralla y fue la entrada principal para quienes llegaban desde el norte, incluidos los peregrinos del Camino de Santiago. Hoy, este espacio conserva su carácter monumental y se integra en un entorno natural que lo convierte en un punto único donde historia y paisaje se encuentran. La fotografía muestra el portal desde una perspectiva elevada, con la luz del atardecer bañando la piedra y proyectando sombras alargadas sobre el camino. Dos figuras humanas cruzan bajo el arco, aportando vida y movimiento a la escena. El contraste entre la arquitectura histórica y la naturaleza que la envuelve crea una composición que refleja la esencia de “Paisajes Habitados”: la interacción entre el patrimonio monumental y la presencia humana que lo mantiene vivo.
