Fotografía tomada en el interior del gigante de la Reina Americana: Braulia, a su paso por la Calle San Miguel en dirección a la Plaza San Francisco. Los miembros de la Comparsa de Pamplona me dejaron hacer esta instantánea en los pocos segundos que se toman de descanso en el cambio de un miembro a otro. Siempre había visto como los más pequeños se meten dentro de los Gigantes, pero nunca lo había hecho yo. Decidí hacer una foto y el resultado es un interesante juego de luces y sombras, simetría y líneas que llevan la mirada al centro, donde se ubica la tela por la que levemente, los miembros de la Comparsa se guían para bailar estas enormes figuras con tanto ritmo. Al margen de la técnica, quiero resaltar el hecho de que esta perspectiva inusual y escondida, muestra lo que permanece invisible a la mayoría de la gente: el esfuerzo anónimo, la dedicación y el alma que permiten que la magia cobre vida cada mañana de San Fermín. Más allá del espectáculo que vemos en la calle, dentro del gigante late el pulso de quienes lo cargan. Esta imagen quiere rendir homenaje al silencio interior que hace posible la alegría exterior.
